Según la OMS ( Organización mundial de la salud) la depresión es un trastorno de salud mental común. A nivel mundial, se estima que el 5% de los adultos lo padece. Se caracteriza por una tristeza persistente y una falta de interés o placer en actividades que previamente eran gratificantes y placenteras. Para los marinos es común llamarla ‘mamparitis’ (de mamparo: pared del barco) a ese estado de inquietud o tristeza que en ocasiones les afecta durante una prolongada permanencia a bordo.


1. Factores que causan Depresión

La depresión es una causa importante de discapacidad laboral en todo el mundo, e incide considerablemente en la carga de morbilidad. Además sus efectos pueden ser prolongados o recurrentes en el tiempo, pudiendo menoscabar extraordinariamente la capacidad de una persona para actuar y vivir de manera saludable.

Se desconoce la causa exacta de los trastornos depresivos, pero contribuyen factores genéticos y ambientales.

1.1 Factores Genéticos

La herencia da cuenta del 50% de la etiología (menos en la denominada depresión de inicio tardío). Por lo tanto, la depresión es más frecuente entre los familiares de primer grado de los pacientes con este cuadro; la concordancia entre gemelos idénticos es alta. Además, los factores genéticos probablemente influyen en el desarrollo de las respuestas depresivas a los eventos adversos.

genética

Otras teorías se enfocan en los cambios en las concentraciones de los neurotransmisores, que incluyen la regulación anormal de la neurotransmisión colinérgica, catecolaminérgica (noradrenérgica o dopaminérgica), glutamatérgica, y serotoninérgica (5-hidroxitriptamina) (1). La desregulación neuroendocrina puede ser un factor, y se destacan 3 ejes en particular: hipotálamo-hipófisis-suprarrenal, hipotálamo-hipófisis-tiroides y hipotálamo-hipófisis-hormona de crecimiento.

1.2 Factores Ambientales

También juegan un papel importante los factores psicosociales. Las situaciones de estrés mayor de la vida cotidiana, en especial las separaciones y las pérdidas, habitualmente presentes en los marinos cada vez que embarcan, preceden habitualmente a los episodios de depresión mayor; sin embargo, estos acontecimientos no suelen provocar depresión intensa de larga duración, excepto en personas predispuestas a padecer un trastorno del estado de ánimo.

depresión industrial

Además quienes la padecen suelen carecer de las habilidades sociales necesarias para ajustarse a las presiones de la vida. La presencia de otros trastornos mentales aumenta los riesgos de trastorno depresivo mayor.

2. Síntomas Experimentados por Profesionales del Mar

Si ponemos el foco en los profesionales del mar, profesionales que se encuentran limitados en su espacio físico y contacto social habitual, y expuestos además de manera natural a una alta carga de trabajo (factores de predisposición ambiental) es normal que en ocasiones durante los periodos de embarque experimenten:

  • Dificultad para concentrarse en sus tareas de trabajo diarias, recordar detalles o tomar decisiones..
  • Irritabilidad excesiva sin causa o razón aparente.
  • Agitación excesiva e hiperactividad motora.
  • Insomnio.
  • Tristeza o culpabilidad recurrente ante situaciones de aislamiento o pensamientos de soledad.
  • Preocupación excesiva por cualquier situación pasada, presente o futura.
  • Agotamiento mental y físico excesivo.
  • Alteración en el apetito diario.
  • Dolores y malestares físicos persistentes: dolores de cabeza, cólicos o problemas digestivos que no se alivian incluso con tratamiento.

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Estos hechos pueden hacer que la persona que los experimenta, y que además no reciba apoyo psicológico, tenga una mayor predisposición a tener pensamientos y sentimientos negativos automáticos que se reproducen de manera involuntaria y prolongada en el tiempo y que afectan a su rendimiento profesional y relaciones laborales y sociales de manera significativa.

Es decir el impacto es significativo en todos los aspectos de la vida, en particular en la productividad en el trabajo, las relaciones familiares y sociales y la capacidad de participación comunitaria. Áreas especialmente importantes en el día a día de las personas que pasan largas temporadas embarcadas. Además, el factor físico también se ve afectado.

Según recientes investigaciones, existen estrechos vínculos entre la depresión y trastornos de salud física como la tuberculosis y las enfermedades cardiovasculares.

Ocho de cada diez personas que sufren de depresión, mejoran con ayuda profesional.

3. Tratamiento de la Depresión

El tipo de tratamiento dependerá de los síntomas que sufra cada persona, de su gravedad y de las circunstancias del paciente, pero existen dos vías principales de tratamiento, que también pueden ser compatibles entre sí, psicológicos y farmacológicos. Ambos son necesarios en igual proporción en la mayoría de los casos. Mientras la terapia farmacológica no ha demostrado ser suficiente por si sola para una eficacia total del tratamiento, la terapia psicológica se hace necesaria para la recuperación integral de los pacientes en todos los casos que lo presentan.

Un ejemplo de intervención psicológica es la intervención en gestión de problemas, que se puede realizar de manera individual o en grupo y que incluye técnicas cognitivo-comportamentales, capacitación en materia de relajación, el tratamiento dirigido a la resolución de problemas y formas de reforzar el apoyo social.

En todos los casos hasta que la mejora comience, los profesionales puede requerir ver a los pacientes 1 vez por semana o cada 15 días para darles el apoyo y la educación necesarios y para controlar su evolución. Las video-llamadas o llamadas telefónicas son el medio utilizado para esta asistencia. Los pacientes y sus seres queridos pueden estar preocupados o sentirse avergonzados por la idea de tener un trastorno mental.

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Los profesionales de la salud mental pueden ayudarlos explicando que la depresión es un trastorno que requiere un tratamiento específico, que la mayoría de las veces es un problema autolimitado y que el pronóstico con tratamiento es bueno. Los pacientes y los seres queridos deben ser tranquilizados respecto de que la depresión no refleja ningún defecto del carácter (p. ej., pereza, debilidad). Si se informa a los pacientes que el camino de la recuperación tiene altibajos, esto les ayuda a mirar con otra perspectiva los sentimientos de desesperanza y mejora el cumplimiento.

Hay que alentar a los pacientes a aumentar gradualmente las actividades simples (p. ej., hacer ejercicio sistemático) y a seguir manteniendo las interacciones sociales aunque se sepa que el paciente quiere evitarlas o en el contexto concreto profesional del colectivo del que hablamos esto se vea limitado.

Se estima que más del 75% de las personas con problemas de salud mental no reciben tratamiento adecuado. Si lo aplicamos a determinados colectivos profesionales nos encontramos con un porcentaje similar o mayor en muchos países. Tal es el caso de los profesionales que trabajan en el sector naval y aeronáutico, haciéndose en estos casos más necesario aún la oferta de recursos profesionales especializados en el salud mental y accesibles para este sector.

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Desde Psicowiz e Ingeniero Marino, con el propósito de dar respuesta a tal necesidad en el hemos establecido un convenio colaborativo para poder ayudar a los profesionales del mar en el cuidado de su salud mental.

Según el sentir silenciado pero no por ello invisibilizado de los marinos, la ‘mamparitis‘ esta presente en su día a día:

  • un espacio reducido (el barco) en el que hay que trabajar y convivir;
  • aislamiento físico y personal (imposible salir y hay embarcaciones con muchas nacionalidades, lo que dificulta la relación personal);
  • aislamiento del entorno (en alta mar), y el temor ante accidentes o incidentes por la lejanía a medios de auxilio y la deficiente comunicación entre tripulantes (se confunde lo profesional con lo personal por el confinamiento y el trabajo a turnos).

Es cierto que en la actualidad, con periodos de embarque más cortos y una más fácil comunicación con el exterior, podría parecer más sencillo controlarla, pero no es así. El incremento de la carga de trabajo, las nuevas instalaciones portuarias lejos de las ciudades, que dificultan la oportunidad de salir durante la carga y descarga. Hacen que puedan plantearse episodios comunes de estrés, ansiedad, tendencias depresivas, pérdida del sentido de la realidad y conflictos que se manifiestan de forma más cruda y virulenta.

5. Recomendaciones para el Día a Día

Desde Psicowiz en colaboración con Ingeniero Marino presentamos a continuación una serie de recomendaciones para el día a día de los marinos que se puedan ver afectados por dicha problemática. Recuerda que estos nunca sustituyen a la ayuda profesional.

Para afrontar una depresión es necesario cuidar la mente, pero también el cuerpo. Algunas de las siguientes recomendaciones pueden ser útiles a la hora de superar esta problemática:

  • Sé sincero contigo mismo y los demás respecto a tu estado de salud.
    Tanto contigo mismo como con el profesional que te ayude a afrontar tu depresión. No temas contarle tus preocupaciones y miedos ni preguntarle todo lo que necesites. Exprésale de manera franca todo lo que sientes, porque así podrá ayudarte mejor.
  • Piensa en positivo.
    Mantén la esperanza, muchísimas personas han superado este problema. Plantéate metas realistas y no seas impaciente: la depresión no desaparecerá de manera súbita, sino que, poco a poco, los pensamientos positivos irán reemplazando a los negativos.
  • No te encierres en ti mismo.
    No te aísles. Aunque no tengas muchas ganas, intenta seguir relacionándote con tus amigos, familiares o compañeros, pasa tiempo con ellos y mantén tus actividades de ocio habituales siempre que sea posible. Seguir activo te ayudará a conservar una actitud positiva.
  • Muévete.
    Haz deporte, da un paseo o practica otro tipo de actividades de ocio con las que antes disfrutaras. Respirar aire puro y el movimiento te ayudarán a sentirte mejor física y emocionalmente. También es muy aconsejable que alguna de estas actividades sean en compañía.
  • Come y duerme bien.
    Aunque no sientas apetito, no descuides lo que comes siempre que sea posible. La dieta en alta mar se ve afectada, por eso en los periodos en los que estés en tierra procura tener una dieta variada y equilibrada, rica en frutas y verduras, te hará sentirte más fuerte. Así mismo, mantener unos horarios regulares de sueño te ayudará a sentirte más reposado. Si no logras conciliar el sueño, acuéstate igualmente y escucha la radio o ve una serie, al menos tu cuerpo descansará. Frecuentemente, durante el tratamiento de la depresión, el sueño y el apetito comenzarán a mejorar antes de que su estado de ánimo deprimido desaparezca.
  • Intenta evitar el estrés.
    En el día a día, clasifica las tareas en grandes y pequeñas y establece prioridades para cometer lo que tienes que hacer sin agobiarte. Recuerda que no pasa nada si no llegas a todo. Recuerda apoyarte en el trabajo en equipo, así como en el profesional que te atiende en la gestión del tiempo y la carga de trabajo si lo necesitas.
  • No abuses del alcohol u otras drogas.
    No caigas en la tentación de recurrir al alcohol o a otras drogas para sentirte mejor, pues, una vez se haya disipado el efecto de relajación o euforia que provocan estas sustancias, los sentimientos de tristeza y desesperanza se volverán más intensos.
  • Compromiso terapéutico.
    Acude a todas las citas que tengas, bien sea el psicólogo, el médico de cabecera o un especialista. Sigue sus recomendaciones y, en caso de que te prescriba antidepresivos, es muy importante que sigas las instrucciones, que tomes todas las dosis con exactitud y que no interrumpas el tratamiento por tu cuenta